En un mundo donde las demandas de la vida diaria nos mantienen ocupados y pegados a nuestras sillas, es fácil caer en el sedentarismo sin siquiera darnos cuenta.
Pero aquí hay algo importante que debemos recordar: nuestro cuerpo y mente están diseñados para moverse, para estar en movimiento. ¿Cómo nos sentimos cuando pasamos largos períodos sentados? ¿Cómo impacta esto en nuestra energía, estado de ánimo y salud en general?
Hoy, desde la clínica de adelgazamiento OBESTEA, te explicamos qué es el sedentarismo y los riesgos y consecuencias de este estilo de vida, mientras te ofrecemos unos sencillos consejos para modificar estos comportamientos.
¿A qué se llama sedentarismo?
El sedentarismo, un fenómeno cada vez más común en la sociedad moderna, se define como un estilo de vida caracterizado por una baja actividad física y por el predominio de comportamientos que implican estar sentado o acostado durante largos períodos de tiempo. Esta condición no solo afecta a la calidad de vida de las personas, sino que también conlleva riesgos significativos para la salud.
Riesgos de la vida sedentaria
El sedentarismo se ha convertido en un problema de salud pública global, con consecuencias graves y multifacéticas. La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que el 23% de los adultos y el 81% de los adolescentes no cumplen con las recomendaciones de actividad física para mantener una buena salud. Este patrón de comportamiento sedentario está asociado con un mayor riesgo de desarrollar una serie de enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad, osteoporosis, depresión y ansiedad.
Además, las personas sedentarias tienden a experimentar mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión en comparación con aquellas que realizan actividad física regular. Esto puede deberse a la liberación reducida de endorfinas, hormonas que promueven la sensación de bienestar, durante el ejercicio.
¿Cuáles son los síntomas de la falta de ejercicio?
La falta de ejercicio regular se manifiesta a través de una serie de síntomas físicos y emocionales. Uno de los signos más evidentes es el aumento de peso y la acumulación de grasa corporal, especialmente alrededor del abdomen. La falta de tonificación muscular y la pérdida de flexibilidad también son comunes en personas sedentarias.
Además, la falta de ejercicio puede afectar negativamente a la calidad del descanso, ya que las personas sedentarias tienden a experimentar dificultades para conciliar el sueño. Esto puede conducir a la fatiga crónica y afectar el rendimiento cognitivo durante el día.
En el ámbito emocional, la falta de actividad física regular puede contribuir a sentimientos de irritabilidad, apatía y falta de motivación
Relación entre el sedentarismo y la obesidad
En OBESTEA, estamos especializados en el tratamiento de la obesidad en Madrid, y diariamente observamos que la mayoría de nuestros pacientes sedentarios presentan problemas de obesidad o sobrepeso, con un alto índice de masa corporal (IMC). Esta observación refuerza la estrecha y compleja relación entre el sedentarismo y la obesidad.
El sedentarismo es un factor de riesgo importante para el desarrollo de la obesidad. Cuando las calorías consumidas superan a las calorías quemadas a través de la actividad física, se produce un desequilibrio energético que conduce al aumento de peso y, en última instancia, a la obesidad.
La falta de actividad física regular contribuye directamente a este desequilibrio energético. Las personas sedentarias queman menos calorías en comparación con aquellas que son más activas, lo que puede resultar en un exceso de calorías almacenadas en forma de grasa en el cuerpo. Además, la inactividad física puede afectar negativamente el metabolismo, lo que dificulta la capacidad del cuerpo para quemar calorías de manera eficiente.
Es importante destacar que la relación entre el sedentarismo y la obesidad es bidireccional. Si bien el sedentarismo puede contribuir al desarrollo de la obesidad, la obesidad a su vez puede perpetuar el sedentarismo al limitar la capacidad de una persona para participar en actividad física debido a problemas de movilidad, fatiga o autoestima reducida.
¿Cómo combatir el sedentarismo?
¡El sedentarismo es un hábito que se puede modificar! Para lograrlo, no es necesario dedicar largas horas al gimnasio. Lo importante es encontrar la intensidad y duración del ejercicio que te desafíe físicamente, pero te permita progresar de manera gradual. Por ejemplo, caminar a paso rápido durante 15 a 30 minutos al día puede tener un impacto significativo en tu salud.
Aquí te dejamos algunos consejos para combatir el sedentarismo:
- Busca actividades físicas que te resulten divertidas y gratificantes, como practicar un deporte, bailar, nadar, hacer senderismo o montar en bicicleta.
- Encuentra momentos y oportunidades para moverte a lo largo del día, como subir escaleras en lugar de usar el ascensor o estacionar el coche más lejos (si te resulta inviable ir andando al trabajo)
- Utiliza aplicaciones móviles o dispositivos de seguimiento de la actividad física para establecer tus metas y llevar un seguimiento de tu progreso.
- Reconoce y celebra tus logros, incluso si son pequeños, y no te desanimes por los contratiempos.
Si tienes preocupaciones sobre cómo comenzar a ser más activo o si tienes condiciones médicas preexistentes, consúltanos para recibir orientación. ¡Te esperamos en OBESTEA!